Tener
el cuerpo bien articulado nos permite poder fraccionar el movimiento en
porciones de grupos musculares más reducidas, esto hace que los movimientos
sean rápidos, cortos y fluidos (como el pestañar de los ojos). Esta coreografía
apunta a incentivar la transición de las bisagras con las que cuenta el cuerpo
humano: cuello, costillas flotantes, cintura, rodillas y tobillos. Es divertido
trasladar el peso del cuerpo de un lado a otro del centro gravitacional (punta
de la nariz, ombligo, el punto medio de distancia entre los pies en el suelo. Bueno
¡A flotar!.
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